viernes, 6 de mayo de 2011

Un Pequeño Cuento Esotérico Sobre Cómo Las Ortodoxias se Suelen Contaminar de "Bull Shit"

(El estilo procura ser neutral y sin adornos en aras de la efectiva transmisión de la estructura de los hechos narrados. Si lo que quieres es que te acaricien hay señoritas que lo hacen por dinero. Trátalas como sacedotisas de Venus que son, no seas naco.)

El pueblo se dedicaba a subir la montaña mística (todos los que no eran subidores profesionales encontraban el sentido de sus vidas en el hecho de que contribuían a la vida de un pueblo con subidores profesionales).

Los subidores profesionales tenían insignias y palabras especiales que a veces les causaban soberbia.

Había un "tonto del pueblo", especialmente considerado irracional por afirmar que los subidores profesionales estaban chavos, y que ya eran pura faramalla. En secas dormía en la plaza y en lluvias no se sabía.

Nuestro protagonista empieza como novicio de los profesionales, es muy talentoso. Tanto, que le empiezan a quedar chicos sus maestros. Comienza a sospechar que el tonto del pueblo puede tener razón. Decide, guiado por sus propias evaluaciones de las cosas, explorar una ruta que sus mayores del club de profesionales afirman que no existe.

A lo largo de la primera parte del camino (antes de llegar al lugar donde se supone que empieza la ruta controversial) hay ermitas donde subidores del pasado han dejado testimonio de que ahí estuvieron.

Nuestro protagonista entra a la ruta controversial; alcanza la primera ermita que se supone que no existe y nota que:

1.- el mero mero de la ortodoxia ya estuvo en la primera ermita de la ruta supuestamente inexistente, o sea que le dijo mentiras sobre que no existía.

2.-no pudo continuar por chafa (el "mero mero" que ora ya tenemos que entrecomillar porque se está notando que es medio farsante)

(por ejemplo, el "mero mero" dejó su diario de aquel entonces ahí tirado)

Nuestro protagonista continúa su ascenso, esperanzado por las confirmaciones que ha ido recibiendo de sus diversas conjeturas :

a)existe la ruta que se supone que no
b)los profesionales son farsantes incompetentes

A medida que avanza, las sucesivas ermitas de la ruta controversial están progresivamente cargadas de magia, y son mucho más distintas a las anteriores que lo que nuestro protagonista hubiera podido pensar jamás. Al entrar a cada una nuestro protagonista va adquiriendo capacidades insospechadas que sigue teniendo al salir.

En la penúltima, como consecuencia de la capacidad insospechada que adquiere al entrar, se da cuenta de que puede saber con certeza que al llegar a la última va a adquirir la capacidad de teletransportarse.

Finalmente llega a la última, que los libros prohibidos por los farsantes dicen que existe y aquéllos editados por éstos que no, y ¿quién cress que se da cuenta nuestro protagonista de que no sólo ha estado ahí sino que ahí tiene su refugio para la época de lluvias? (taraaaaán:) El Tonto del Pueblo.

(Toing!)

(indica que algo muy profundo "hizo clic" en la mente de nuestro protagonista -en realidad hizo "toing", como cuando Muhammad pudo oír que "se rompía la cuerda de la duda" en el corazón de su tío Abbas, y le perdonó la vida. (en efecto mahoma mató, y hasta iba a matar a su tío por gacho y según el islam no fué pecado, porque ya estaba todo imbuído de Al'Lah y sólo mató enemigos del islam. -Véase: "El Libro Interior" de Jalal-ud-Din Rumi) pero la expresion que se conoce es "hacer clic".)


FIN

2 comentarios:

  1. Me encanta el tono de esta divertida parábola. Por qué será que tanto necesitamos que se nos repita, desde hace tantísimas eras, que el "toing" es el sonido fundamental de nuestra esencia?

    Abrazo fraternal, querido autor!!

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  2. ¡Qué bueno que te gustó! Pronto espero teclear uno nuevo que ya hice. A ver qué te parece.

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